Era colimba y fue secuestrado en Abril de 1977...
Este es un Homenaje de su amiga, al cual se suma "La Voz de los Colimbas"
Carta de una amiga...
Hablar de Gerardo, es hablar de una búsqueda que he hecho durante años...
Gerardo fue un amigo, que conocí a través de Ricardo en la época en que ambos eramos estudiantes, el de música y yo concurría a la Escuela de Bellas Artes. Era la época en la que el fantasma de los terribles años venideros estaba lejos de nuestra alegría de vivir. La guerra y el miedo eran de otros, de otros lugares, de otros humanos.
Vinieron aquellos años difíciles, llenos de dolor, de miedo e incertidumbre. En ese momento salir a calle o expresarte libremente podía ser un acto que irreversiblemente te llevara a la desaparición.
Fuimos varias veces al cine -como los chicos de aquella época - a disfrutar de las películas de Fellini, del director Russell. Habíamos organizado un taller en Casa Cuna, para los chicos internados, cuyas enfermedades los obligaba a estar en cama mucho tiempo. El taller les daba vida, tanta vida como la que teníamos entre nuestras manos, en nuestra mente y en nuestros corazones.
Recuerdo uno de aquellos días añorados que habíamos ido al Tigre a la casa que tenia Gerardo. El sol besaba las costas y los lanchones cruzaban graciosamente de un lado a otro. Era el verano de 1977 y conversamos muchísimo sobre un tema que jamas pensábamos tocar: Daniel**, nuestro amigo, había desaparecido. Tengo tu voz aun en mis oídos llena de desazón.
Gerardo Coltzau Fernández |
¿ Que era desaparecer? ¿Porque un amigo nuestro desaparecía? El verbo desaparecer comenzó a conjugarse demasiado seguido en las casas de las familias Argentinas. Sentí frío, ese frío de la desesperación del temor y Gerardo me dio su buzo verde manzana que aun conservo.
Desaparecer era borrar, quitar, eliminar de la vida social, laboral, familiar, a cualquier ser que el autoritarismo sospechara apenas o que simplemente fuera contrario a sus funestas decisiones. Primero Daniel** y después Gerardo, ambos desaparecieron.
Desapareció Gerardo, el hijo, el vecino, el músico, el amigo, el chico sencillo que había recibido una beca para estudiar en Alemania. Gerardo era hijo de alemanes y estaba en la colimba CUANDO LO DESAPARECIERON.
Nadie recuerda lo que se olvida, porque nunca te olvide Gerardo y te he celebrado desde mi humilde lugar todas las veces que pude.
En vísperas del milenio, al no hallar tu nombre en la lista de Madres de Plaza de Mayo, lleve carteles con tu nombre y el nombre de Daniel**.
En los vacíos de mi libro de artista, en el Museo Sivorí, al que fui invitada, estaban vos y Daniel**, en ese vacío, que encerraba la presencia de los dos. Mi libro fue dedicado a ustedes con Antígona Vélez en la muestra realizada en la OEA también allí estuviste presente por el derecho a enterrar a nuestros muertos.
Esta es mi forma de compartir a Gerardo, mi amigo, el que me acompaña desde hace tiempo.
Nora Garcia
Buenos Aires, Noviembre 2012.
** NdeR. Refiere a Daniel Ritter, colimba desaparecido en Noviembre de 1976.
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