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POR NUESTROS COMPAÑEROS MUERTOS EN ENFRENTAMIENTOS, POR LOS SECUESTRADOS Y DESAPARECIDOS, MIENTRAS REALIZABAN EL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO, POR LOS VETERANOS NO RECONOCIDOS, POR UN RECONOCIMIENTO
HISTÓRICO A LOS COMPAÑEROS DE MALVINAS, POR QUIENES SOBREVIVIMOS.


JUEVES 17:00 a 19:00 HORAS-AM 1010 ONDA LATINA


Realizan La Voz de los Colimbas...


Horacio Verstraeten- Gustavo Capra y Ricardo Righi.




Nosotros podríamos ser los Desaparecidos...Testimoniemos...

Nosotros podríamos ser los Desaparecidos...Testimoniemos...


Si cuando hiciste la colimba,
pasaste por situaciones extremas, hacia tu persona o viste gente secuestrada o algún compañero fue secuestrado o asesinado, no sigas sufriendo tu silencio...
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Ricardo Righi


miércoles, 17 de febrero de 2010

Vuelos de la Muerte

TIERRA DE SOMBRAS


Horacio Verbitsky entrevista al genocida Adolfo Scilingo

(......)
-Usted me preguntó qué pasaba en los aviones. Una vez que decolaba el avión, el médico que iba a bordo les aplicaba una segunda dosis, un calmante poderosísimo. Quedaban dormidos totalmente.
-Cuando los prisioneros se dormían, ¿qué hacían ustedes?
-Esto es muy morboso.
-Morboso es lo que hicieron ustedes.
-No me gustaría que alguien pudiera pensar que siento placer al contar esto.
-Ya ha quedado claro que usted quiere hablar de Rolón y Astiz. Soy yo quien le pregunta por los detalles del vuelo, para que no quede como una abstracción.
-Hay cuatro cosas que me tienen mal. Los dos vuelos que hice, la persona que vi torturar y el recuerdo del ruido de las cadenas y los grillos. Los vi apenas un par de veces, pero no puedo olvidar ese ruido. No quiero hablar de eso. Déjeme ir.
-Esto no es la ESMA. Usted está aquí por su voluntad y se puede ir cuando quiera.
-Sí, ya sé. No quise decir eso. Hay detalles que son importantes pero me cuesta contarlos. Lo pienso y me rayo. Se los desvestía desmayados y, cuando el comandante del avión daba la orden, en función de donde estaba el avión, se abría la portezuela y se los arrojaba desnudos uno por uno. Esa es la historia. Macabra historia, real, y que nadie puede desmentir. Se hacía desde aviones Skyvan de Prefectura y en aviones Electra de la Armada. En el Skyvan por la portezuela de atrás, que se abre de arriba hacia abajo. Es un gran portón pero sin posiciones intermedias. Está cerrada o está abierta, por lo cual se mantiene en posición de abierta. El suboficial pisaba la puerta, una especie de puerta basculante, para que quedaran 40 centímetros de hueco hacia el vacío. Después empezamos a bajar a los subversivos por ahí. Yo, que estaba bastante nervioso por la situación que se estaba viviendo casi me caigo y me voy por el vacío.
-¿Cómo?
-Patiné y me agarraron.
-Usted mencionó dos vuelos en el mismo mes.
-Sí, en junio o julio de 1977. El segundo vuelo fue un día sábado. Mi familia vivía en Bahía Blanca y yo viajaba cada quince días, o sea que trabajaba sábado y domingo, estaba en la Escuela. Me dieron la orden. Me pusieron de jefe de la columna, seguimos los mismos pasos, esta vez en un Electra. El procedimiento era el mismo pero por la puerta de emergencia en la parte de popa, o sea atrás, a estribor, es decir a la derecha. Se sacaba esa puerta y se ataba con una cuerda al operador que iba a hacer la tarea. En ese segundo vuelo, siguiendo la teoría de ese entonces de la Armada, también había invitados especiales.
-¿Qué quiere decir invitados especiales?
-Oficiales de la Armada de mayor jerarquía, que no participaban pero que venían en el vuelo para darnos respaldo, por ejemplo capitanes de navío, oficiales superiores de otros destinos.
-¿Ellos qué hacían?
-Nada. Era una forma de dar apoyo moral a la tarea que uno estaba haciendo.
-¿Iban sentados junto a los prisioneros?
-No, no. Prácticamente no había asientos. Había una pequeña cantidad de asientos adelante y el resto estaba todo vacío.
-¿Y los oficiales superiores dónde iban?
-Iban sentados y después durante la operación se pararon y estaban ahí mirando.
-Miraban.
-Sí, sí, miraban.
-Pero no participaban.
-Bueno, que no participaran...
-Evidentemente sí participaban y ése era el sentido de su presencia.
-Claro.
-¿Por qué no intervenían activamente, con sus manos?
-Porque no era necesario.
-¿Cómo llevaban a las personas dormidas hasta la puerta?
-Entre dos.
-¿Los arrastraban?
-Los levantábamos hasta la puerta.
-Ellos permanecían dormidos.
-Totalmente dormidos. Nadie sufrió absolutamente nada.
-¿Nunca hubo ninguna excepción?
(Esta pregunta parece inquietarlo más que otras. Piensa y repiensa antes de contestar.)
-No, que pueda certificarlo.
-¿Usted nunca vio una persona que se despertara?
-¿Que se...?
-Que se despertara.
-No, nunca vi.
-¿Que se resistiera?
-No, no, no.
-¿Y su resbalón a qué se debió?
-Patiné, porque es metálico el piso del avión, y casi me voy para abajo, haciendo fuerza moviendo cuerpos de subversivos.
-¿Se hacía algún estudio de en qué lugar...?
-Debían hacerse, me imagino que sí. Mar adentro.
-¿Qué cantidad de personas calcula que fueron asesinadas de ese modo?
-De 15 a 20 por miércoles.
-¿Durante cuánto tiempo?
-Dos años.
-Dos años, cien miércoles: de 1500 a 2000 personas.
-Sí.
-¿Primero iban hacia Punta Indio?
-Sí, sí. Al salir de Aeroparque se daba un plan de vuelo, Punta Indio. Al llegar a Punta Indio se enfilaba mar afuera. Alguien dijo que los planes de vuelo de esa época habían desaparecido de Aeroparque, otro tema que me parece una barbaridad. En ese momento podía ser, pero ya no sé. En el segundo vuelo que hice, en Punta Indio subieron a un tipo que no sé de dónde salió.
-¿Qué personal naval iba en cada vuelo?
-En la cabina iba la tripulación normal del avión.
-¿Y con los prisioneros?
-Dos oficiales, un suboficial, un cabo y el médico. En mi primer vuelo, el cabo de Prefectura desconocía totalmente cuál era la misión. Cuando se da cuenta a bordo lo que tenía que hacer entra en una crisis de nervios. Se puso a llorar. No entendía nada, se le trabucaban las palabras. Eso me puso nervioso a mí también. Le empecé a explicar y le dije al suboficial que hable con los pilotos, porque realmente ya era una situación... Yo no sabía cómo tratar a un hombre de Prefectura en una situación tan crítica. Al final lo mandan a cabina. El Skyvan es una gran caja, con la cabina separada. Terminamos de desvestir a los subversivos...
-Usted, Vaca, el médico...
-No, no. El médico les daba la segunda inyección y nada más. Después se iba a la cabina. En el segundo vuelo que hice también.
-¿Por qué?
-Decían que por el juramento hipocrático. Creo que en todos los vuelos era así. Se comentaba que ése era el motivo, y en cierta forma era razonablemente bien visto. Vamos a ser concretos. El comandante de un avión de esos, volaba. El piloto, el copiloto, volaban. Vamos a emplear sus términos. ¿No secuestraban, no torturaban y no mataban?
-¿Cómo que no?
-Según usted, sólo es culpable el que está ahí, en el problema, el que tortura. ¿Cuál es la diferencia entre el piloto del avión y Rolón y Pernías?
-Ninguna.
-Ahhhh. Entonces, o ninguno o todos, dentro de los filtros que tiene la Armada, pero una vez que pasaron los filtros, ninguno o todos. ¿Está de acuerdo o no conmigo? Tal vez usted me diga ninguno. Pero es ninguno o todos.
-Todos los que participaron. El que manejaba el avión en el que se asesinó a esa gente participaba. El cocinero no participaba.
-El cocinero es un mal ejemplo.
-Lo puso usted.
-El cocinero no, porque estamos hablando de los jefes y oficiales en actividad en aquel momento.
-Lo que usted me está diciendo es que o participaban en el secuestro, o participaban en la tortura, o participaban en la ejecución clandestina. ¿No había ninguno que no participara en ninguna de las tres?
-Alguno puede ser que no haya participado, en forma anecdótica. Rotaban todos. Podrá aparecer alguno que diga "yo no estuve". Pero sabía, y si no participó no fue porque no quiso sino porque no lo designaron. No confundamos.
-¿Lo que usted sugiere es que habría que invertir la carga de la prueba, partir de la base de que todos participaron, y después analizar en cada caso concreto quién puede demostrar que él no?
-Si quiere justificarlo que lo justifique él. Podría ser. Es un análisis que hizo usted, pero hay que ver si quiere justificarlo. Puede ser que alguno aparezca.
-Si la decisión política fuera esa, aparecerían muchísimos que tratarían de justificarlo.
-Podría ser la solución, puede ser. Pero así como están dadas las cosas, es injusto.
-¿Es injusto con quién?
-Es injusto que hayan sido aprobados por la comisión de acuerdos del Senado los que tuvieron participación realmente activa. ¿Cuál es la diferencia entre el almirante Arduino que me dio la orden a mí y el capitán Rolón? Y Arduino llegó a Comandante de Operaciones Navales, en un gobierno constitucional, pasando por la comisión de acuerdos del Senado. No hay que ser hipócrita. Hay que decir la verdad. Esa es la historia. Y a partir de la verdad, que se tomen decisiones. Usted me pregunta qué haría yo. Yo no haría nada. Primero, que no estoy en actividad y segundo, que no soy político. Yo lo que digo es: señores, basta. Digamos la verdad, y a partir de la verdad, que decidan lo que tienen que decidir. Pero seguir jugando a las escondidas, y de pronto aparece alguien que no asciende porque dicen que fue torturador, es mentira. No asciende porque no se dice la verdad. ¿A quién se encubre al no contar la verdad?
-Usted dice que no quiere ser encubridor. ¿Encubridor de qué?
-De ocultar algo, de negar información, no sólo a la comisión de acuerdos. Están negando información a la sociedad sobre los desaparecidos.
-Si todos participaron no son todos encubridores. Son todos partícipes. Son autores de homicidio, no encubridores.
-¿Quién es el que está encubriendo?
-Usted dice que están encubriendo.
-¿Quién es el que debería haber dado la información? ¿O usted cree que es normal que un capitán de fragata vaya a tratar de defenderse ante la comisión de acuerdos del Senado diciendo cuál era el método? Fue tremendamente llamativo, usted vio los titulares de los diarios. Fueron a defenderse de algo que ellos saben en el fondo que es una injusticia. ¿Y qué dijeron? ¿Mintieron los dos jefes que fueron a hablar con la comisión de acuerdos o dijeron la verdad?
-Dijeron una parte de la verdad.
-No se la preguntaron toda. ¿Son ellos los que tienen que decirla?
-¿Si les hubieran preguntado por las ejecuciones clandestinas lo hubieran dicho?
-No sé. No se lo preguntaron. Pero, ¿tiene que llegarse a esa situación o tiene que decirse de una vez por todas la verdad? ¿No cree que es hora de que esto salga a la luz en forma definitiva y clara? Mi información es mínima. ¿O usted cree que si yo tuviera los nombres de los desaparecidos me los hubiera guardado? Pero no los tengo.
-¿Cuando hizo esos traslados, usted sabía quiénes eran esas personas?
-Ni idea.
-¿No las conocía previamente, no las había visto en la Escuela?
-No, no. Tampoco me interesaba. Yo estaba confiado totalmente en las decisiones que habían tomado mis superiores.
-Pero, por su tarea, ¿usted no tenía contacto...?
-No, no, yo tenía en forma esporádica contacto con los detenidos.
-¿Contacto de qué tipo?
-De hablar con ellos, no. De verlos, y demás. No tenía trato directo. Una versión de café decía que al ex marino Jorge Devoto lo tiraron despierto, pero nunca supe si era cierto.
-¿No sabía quiénes eran los detenidos?
-No, pero tampoco lo investigaba. Yo no dudé nunca de lo que se estaba haciendo ahí. Si usted quiere que yo le diga: mire, yo no... Le mentiría totalmente.
-No quiero que me diga eso.
-Yo no tenía la más mínima duda de que se estaba obrando en forma totalmente legal, como correspondía. Yo tenía veintiocho años y diez en la Armada. No es ni mucho ni poco. Era teniente de navío y era lo suficientemente preparado y antiguo como para no tener dudas de mis superiores. Estaba totalmente compenetrado con la carrera.
-El tema no es dudar del superior. Pero, en la formación que ustedes recibieron...
-... eso no existía. Pero sí existía matar al enemigo.
-¿Cómo se mata al enemigo?
-En la guerra. Esta era una guerra sucia, para la que no estábamos preparados.
-¿Es cierto que no estaban preparados o es una excusa?
-Preparados para esto no estábamos.
-Desde el año 58 en adelante, el servicio de informaciones navales trabajó sobre esta hipótesis, haciendo cursos, publicando artículos, folletos, libros, especializando gente...
-Todo lo que quiera, pero eso no tiene nada que ver con la preparación real de la gente de la Armada para la lucha antisubversiva. ¿O usted cree que se hacían cursos para luchar en la calle? Después empezaron, cuando empezaron los combates, pero antes no. Si Rolón fuese infante de Marina, pero es comando naval.
-¿Pernías?
-También. No, Pernías es infante. Había aviadores también. ¿Hay algún aviador preparado para la lucha antisubversiva en la calle?
-Tal vez alguna especialidad no, pero la Armada como institución hacía veinte años que se estaba preparando.
-Una cosa es la preparación ideológica, ¿qué tiene que ver? Lo que había eran intentos por contrarrestar la penetración ideológica de la izquierda. Si usted me pregunta qué se hacía sobre el tema en el alto nivel naval, no sé. Ah, usted dice que como consecuencia de eso, nosotros estábamos convencidos.
-Preparados. Tengo el testimonio de un oficial al que le dieron instrucción para torturar.
-¿En la Armada?
-SÍ. Un oficial de la ESMA. Durante un ejercicio antisubversivo se torturaban entre ellos. Lo mismo hacían los comandos del Ejército.
-Nunca oí eso. Tal vez en la infantería de Marina.
-Me parece que es al revés de lo que usted cree. Los habían preparado para lo que hicieron. Por eso nadie dudó.

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